Mitos y mentiras sobre el cerdo.
La carne de cerdo, no es lo que creemos.
Desafortunadamente durante muchos años, la carne
de cerdo ha
sido considerada, como un alimento `pesado ` una carne grasosa con un
contenido muy alto en calorías y aun un alimento peligroso por
su posible asociación a enfermedades y parásitos.
Estas creencias constituyen una imagen equivocada que todavía se
mantiene en un amplio sector de la población.
Esta idea tan difundida entre los consumidores, esta muy alejada de la
realidad. Y lo puede ver uno mismo si compara su composición con
productos muy ricos en colesterol como la yema de huevo (250 miligramos
por unidad): la manteca (250 mg/ 100g) o el queso seco o semi seco (100mg/
100g).
Las distintas partes del cerdo (chuleta, costillas, paleta
solomillo,
lomo) aportan entre 60 y 80 mg de colesterol por cada 100g. Un nivel
mas bajo incluso que el de algunas partes de la carne de cordero y de
la vaca.
Por otro lado la carne fresca de cerdo ha mejorado su
calidad en los últimos
años, actualmente ofrece 31 % de grasa, 14 % menos de calorías
y 10 % menos de colesterol con relación al cerdo producido hace
10 años atrás.
Antes las dietas no equilibradas provocaban que la carne de cerdo contribuyera
a elevar los índices de colesterol. En la actualidad sin embargo,
recientes estudios científicos han comprobado que los productos
derivados del cerdo no proporcionan problema alguno si los animales
están
nutridos con alimentos concentrados balanceados.
Nutricionalmente la carne de cerdo, aporta una media
de 18-20 gramos de proteína por 100 gramos de producto. El contenido
proteico varía
principalmente según la especie , la edad y la parte de la canal
donde proceda.
La grasa es el componente más variable, pues depende de la especie,
raza, sexo edad, corte de la carne, pieza que se consuma, y la alimentación
que ha tenido el animal. La carne de cerdo contiene ácidos grasos
saturados, poco saludables al estar implicados directamente en el aumento
de de colesterol en sangre. También contiene ácidos
grasos monoinsaturados (grasa buena) y en proporción superior al resto
de carnes.
Además hay que tener en cuenta que cerca del 70 % de la grasa del
cerdo esta por debajo de la piel, por lo que el carnicero o propio consumidor
puede eliminarla fácilmente.
Para explicar en la medida que afecta la alimentación que se
le ha dado al cerdo en su composición grasa, tenemos al cerdo
de la raza ibérica. Es alimentado en su fase de cebo en la dehesa
con bellotas y pastos de la dehesa. Las bellotas son alimentos ricos
en grasas insaturadas (grasa buena) por lo la carne de estos cerdos tiene
mayor proporción
de ácidos grasos monoinsaturados, sobre todo oleico, llegando
a superar el 50 %. Este ácido graso componente mayoritario del
aceite de oliva ha llevado a que el cerdo ibérico se le considere
^un olivo con patas`.
Por esta razón, en esta carne los ácidos
grasos saturados representan un porcentaje menor con respecto a otras
carnes.
Los cerdos de raza blanca también pueden variar su proporción
de grasa si se les alimente con maíz o soja, ambos ricos en grasas
insaturadas.
La carne magra de cerdo contiene una cantidad moderada
de colesterol,
entre 60 y 80 mg por cada 100 g de producto fresco.
Las vísceras o despojos (hígado, riñones, sesos)
sin embargo aportan entre 300 y 400 mg por cada 100g.
En cuanto a minerales, destacan el zinc, fósforo, sodio potasio
y el hierro en forma de hierro hemo, que se absorbe fácilmente.
Los despojos contienen más hierro pero también más
colesterol.
La carne (tejido muscular) contiene unos 40 a 70 mg de sodio
por cada 100 g de producto fresco, frente a los 200 mg / 100g de la sangre,
ingrediente principal de las morcillas, lo que ha de ser considerado
en caso de hipertensión arterial.
Esta carne no aporta vitaminas liposolubles a excepción del hígado
rico en vitaminas A y D, pero es fuente importante de vitaminas del complejo
B, excepto ácido fólico. Tiene de 8 a 10 veces más
tiamina o vitamina B1 que el resto de las carnes y por supuesto vitamina
B12 (sobre todo el hígado y el riñón), que no se
encuentra disponible en alimentos vegetales.
Además la carne de cerdo es una de las que menos cantidad de bases
puricas contiene. Estas sustancias dan lugar al ácido úrico,
elemento restringido en personas que padecen GOTA.
información de: http://www.aacporcinos.com.ar/cocina_a_base_de_cerdo/mitos_y_mentiras_sobre_el_cerdo.html
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